¿Cómo hablar de Jesús a mi familia y/o amigos?

Hablar de lo extraordinario que es la vida luego de conocer y aceptar a Jesús como nuestro salvador es para muchos un verdadero desafío. Lo primero que debemos entender es que efectivamente es un verdadero desafío, por eso, queremos darte algunas herramientas básicas para puedas hablar de Jesús a tus familiares y amigos.

JESÚS NO OBLIGA Dios no obliga a nadie a seguirlo. Cuando tomamos la decisión de aceptar a Cristo no fue porque alguien nos obligó. Muchos caen en presionar a las personas, tal vez por la desesperación de que el familiar y/o amigo conozca a Jesús. Algo que aprendimos en MICPA, es que Dios puede hacer lo imposible por nosotros menos una cosa, decidir por nosotros, porque Él nos dio la vida y el libre albedrío para hacer las cosas. Por eso es importante tomar buenas decisiones. NO ACUSAR A menudo escuchamos a personas que tuvieron una mala experiencia al momento de hablar de Jesús porque lo presentaron como alguien que llegó a cambiarte la vida a base de prohibiciones. Usaron la Biblia para acusar directamente sus malas conductas y/o hábitos. Si bien es cierto que la Biblia es el manual donde dice como debemos actuar como hijos de Dios primero es importante hablar y presentar al autor y no ir directamente al desarrollo. HABLAR DE JESÚS EN MOMENTOS MENOS PENSADOS Muchos tenemos la idea de que las reuniones dominicales y/o grupos de alcance son los únicos momentos donde vamos a hablar de Jesús efectivamente. Pero además de eso debemos considerar hablar y presentar a Cristo en el día a día. Mucho de eso tendrá que ver con nuestros actos y formas de hablar en ciertos momentos. A veces los actos son más efectivos que las palabras. EVITAR EL DEBATE Hemos visto que muchos llegan a discutir con personas que se resisten a creer o aceptar a Jesús. Eso es algo que debemos evitar porque finalmente no es la forma correcta de presentar la palabra de Dios. CONOCER DE QUIEN HABLAMOS Al final todo dependerá de que tanto conoces al que presentas. Es importante conocer y vivir una vida saludable en Jesús. Será lo que marque una diferencia al momento de hablar. No siempre tendremos una Biblia en la mano pero de lo que hay en nuestro corazón hablará nuestra boca. Por eso es importante que asistas a todas las reuniones donde sepas que te ayudará a seguir creciendo en la fe.