LA BENDICIÓN EN MI FAMILIA
Es todo un reto saber que es el Señor quien nos ha elegido como discípulos y Él mismo nos ayudará a ser más discípulos en medio de esta Misión que es Suya. Esto nos servirá recordarlo siempre para enfrentar esos patrones y moldes que nos han hecho daño, con la Palabra del Señor que nos hace libres, sana y libera. No podemos callar nunca lo que Dios ha hecho en nuestras vidas, porque tenemos nueva vida en Cristo Jesús. Por ello, si tienes hijos (de sangre o espirituales) y quieres que crezcan en la vida espiritual, debes inculcarles el amor a Dios sobre todas las cosas y darles la leche espiritual de la Palabra de Dios no adulterada (1 Pedro 2:2) para que los bebés espirituales no se mueran; y esto se hace instruyéndolos en el Camino del Señor para que Su Palabra sea lámpara para sus pies y así no caigan (Salmo 119:105). Debemos inculcarles también, que no salgan de sus casas sin una previa Palabra, porque es como salir ciegos y en la oscuridad. Si el Señor alumbra nuestro camino, todo irá bien y si alguien en la fe cae o retrocede es que se descuidó en la Palabra, en su vida espiritual y en su comunión con Dios. Por ello lo que tenemos que enseñar a nuestros hijos es a amar a Dios y Su Palabra, a orar y, si ven que hay murmuraciones y chismes en sus entornos, Dios les dice que es a Él a quien tienen que contarle primero sus problemas, cargas y luchas. Sólo Dios les pondrá Su Palabra, limpieza y ungüento que necesitan sus corazones para amar a sus enemigos; porque es así como se ama al Señor quien vino no por los sanos sino por los enfermos. Como familia espiritual debemos orar a Dios porque Él es nuestro Papá y nuestro mejor amigo, sin dejarnos llevar por nuestras emociones y sentimientos. Enseñemos a nuestros hijos que se cojan de Su Palabra porque el Señor es grande en su misericordia, en Él somos más que vencedores y nada nos separará de Su Amor (Romanos 8:35-39). Él ya tiene la provisión y algo mejor para todos; Él es fiel, escucha y responde en la oración. Si no queremos tener miedo de fallarle, no dejemos de enseñar amar a Dios con todo el corazón y nuestra mejor manera de enseñar será siempre con el ejemplo y mostrándoles que Jesús es el único Camino para sanarlos; no hacer al prójimo lo que no les gusta que les hagan (Lucas10:27) y si aman a su prójimo, verán que hay muchas cosas que deben dejar de hacer. Hoy es el tiempo para que le pidas a Dios sabiduría para educar a tus hijos y tomar la decisión de romper los viejos patrones y las cosas viejas.
Juan 14:6
Yo soy el camino, la verdad y la vida —le contestó Jesús—. Nadie llega al Padre sino por mí.