TU TAREA ES ANIMAR A OTROS

Existen grandes expectativas en ti, pero se derrumban por tu ligereza al hablar mal de otros, porque la oscuridad no va conforme al corazón de Dios y tu tarea es animarlos, levantarlos y respetarlos valorando las cualidades que Dios ha puesto en cada vida. La boca del seguidor de Jesús ha sido hecha para proclamar buenas nuevas y solo lo que la Palabra nos dice. En ese sentido, no debemos quitarle el puesto a Dios, puesto que Él es el único que puede juzgar y a nosotros nos toca honrar, porque La Palabra nos dice que de una misma fuente no pueden brotar agua dulce y amarga a la vez por ello de nuestra boca deben brotar solo buenas palabras y así Su Palabra calará en otros cuando dejemos de usar nuestra boca para denigrar a las personas. Nuestra tarea es enseñar solo lo que Dios nos ha dado y ordenado: ¡Para eso es mi boca: para proclamar un mensaje de paz y armonía! Así el bisturí de la transformación será siempre la Verdad de Dios para parecernos más al Príncipe de la Paz. Usa tu boca para que solo salgan palabras de armonía y si en algún momento brotó algo indecente, tenemos un Dios que regenera todo y por ello debes declarar que desde hoy saldrán de ti solo palabras que edifiquen y levanten a las personas. Cuida el tipo de palabras que salen de tu boca para que edifiquen tu hogar, tu trabajo y tu todo; deja todo tipo de enojo, insulto y palabras indecentes; no te acostumbres ni andes diciendo “es mi forma de hablar”, pues por más chiquito e insignificante que parezca, crece y daña a otros. Debemos portarnos como corresponde al Pueblo Santo sin vulgaridades y usando nuestras palabras para alabar al Señor, sin mirar atrás.

Llegó la hora de renovarnos espiritualmente en nuestro modo de juzgar, ser rectos y puros basados en la verdad, y no en la mentira que causa dolor. Ese es el modo de anticiparnos a las malas reacciones de las personas: hablando y viviendo con la verdad que siempre nos hará libres y nos permitirá vivir sin temores. Tengamos conversaciones agradables y de buen gusto (Colosenses 4:6) y si estamos en Cristo, pongamos la sazón de nuestro gozo dejando lo negativo, porque ya no hablamos ni vemos así. Nuestro rol no es ser críticos porque el Señor no vino a juzgar sino a salvar al mundo (Juan 7:1-5) sino ser sólo instrumentos de salvación (Mateo 7:1-5) sin ver las cosas negativas de otros, porque debemos corregirnos de nuestras propias debilidades que debemos superar primero nosotros.

Filipenses 4:9 Lo que también han aprendido y recibido y oído y visto en mí, esto practiquen, y el Dios de paz estará con ustedes.