PENSAR MEJOR PARA VIVIR MEJOR ll

Pensar mejor para vivir mejor, requiere de la sabiduría que proviene del conocimiento profundo de Dios y no de la religión.

El desafío es vivir la fe con resultados y testimonios concretos de vida, no es solo una declaración de motivación y tienen que mostrarse resultados, progresos y logros. Si lo que creemos determina nuestra conducta y acciones, entonces ¿Qué estamos haciendo mal en este sistema social con moldes que invierten lo bueno en malo y con la práctica de los errores de las mayorías? La auto satisfacción y complacencia humana conllevan solo a un afán de poder, dinero y fama; generando daño, conflictos, problemas, enfermedades y todas las situaciones caóticas en el mundo en el que todos estamos inmersos. Es el sistema que el hombre ha destruido con sus propias manos la naturaleza de la justicia en el que predomina el más macho, el más vivo y el más mañoso; donde el pensamiento ordinario es cómo le sacamos la vuelta o ventaja al otro…y hasta a Dios. Es urgente cambiar nuestra manera de pensar y no se trata de echar mano de cualquier filosofía sino de La Palabra que es fundamento base para ser felices, la religión resulta ser muy superficial frente a este reto y, si no nos llevamos de los principios de La Palabra, seguiremos en el círculo vicioso.

Es hora que revises cada dicho y creencia tuya porque Dios ama a los humildes que confían en Él, derriban argumentos, para renovarse y aspiran tener la mente de Cristo. Mueve esa montaña de dificultades y en el Nombre de Jesús toma ya la delantera con palabras sabias y declarando bendición sobre los tuyos. Los sabios no hablan por hablar; ellos callan y sólo hablan cuando creen que sus palabras son mejores que su silencio. Es hora que reconozcas que hay una gran diferencia entre hablar y comunicar; y para hacerlo tienes que ser sabio para que edifiques y no destruyas.

Efesios 4:22-24

“Con respecto a la vida que antes llevaban, se les enseñó que debían quitarse el ropaje de la vieja naturaleza, la cual está corrompida por los deseos engañosos; 23 ser renovados en la actitud de su mente; 24 y ponerse el ropaje de la nueva naturaleza, creada a imagen de Dios, en verdadera justicia y santidad”