EL PERDÓN, UN SENTIMIENTO QUE CUESTA.
Esta semana hablaremos sobre el Perdón, esa emoción que tanto le cuesta al ser humano que prefiere mantenerlo alejada de él. Ser sencillo y simple requiere de fuerza y valor; todo depende de cómo veas la vida y quieras vivir con humildad como para reconocer que alguien más tuvo que ver con tu desarrollo y hemos dicho que eso te llevará a vivir siempre en un estado de gratitud e impedirá que vivas con amargura que solo genera un clima de conflictos, peleas y riñas que dañan tu vida personal.
Salmo 32:3-5 Mientras guardé silencio, mis huesos se fueron consumiendo por mi gemir de todo el día. 4 Mi fuerza se fue debilitando como al calor del verano, porque día y noche tu mano pesaba sobre mí. Selah 5 Pero te confesé mi pecado, y no te oculté mi maldad. Me dije: «Voy a confesar mis transgresiones al SEÑOR», y tú perdonaste mi maldad y mi pecado. Selah
Hoy hablemos del perdón que Jesús representa y encarna en su mensaje de perdón, pues Su Salvación la expresa mediante el perdón que no es una cosa aislada sino un estilo de vida. Por eso muchas veces nos hemos equivocado por ignorar el verdadero sentido del perdón, pues creyendo que hemos perdonado continúa la herida, la pus y te sigue hincando tu existencia. No se trata sólo de recibirlo sino también de saber darlo y cuando no lo hacemos no vivimos en plenitud y no le encontramos la sustancia de la felicidad. Vivir amargado es como haber pecado; cuando Dios te perdona desparece dicha amargura y vives en paz y comunión con todos.
El perdón es el camino a la libertad pero debes de hacer el ejercicio de despojarte de otros conceptos que traigas de otros ámbitos y ponerlos al costado.