top of page

VIVIR EN LA CÁRCEL DE LA AMARGURA. PARTE 1



Comencemos nuestra reflexión recordando que hay tres tipos de personas: unas que son como el vaso, otras como un canal o tubería y otros como una fuente. Los dos primeros contienen agua: el vaso es un recipiente que solo recibe el agua y no tiene la propiedad de dar, el canal o tubería solo transporta; pero los que son como la fuente o manantial producen agua para los demás. Del mismo modo, debemos buscar ser más que vaso o canal; y convertirnos en fuente para producir agua y dar de beber a los demás.


Para muchos el perdón es algo superficial y de pasada que “solo sale de la boca para afuera”, pero el perdón es algo mucho más radical porque la amargura es producto del resentimiento, maltrato, humillación, etc. y si lo mantienes en tu corazón es pecado y no te hace bien para tu salud si te vas a dormir con ese peso.


El amargado siempre contagia al resto provocando el chisme y al “regarse más” genera calumnias y difamaciones hasta llegar a un comportamiento paranoico, de modo tal que estamos ya frente a un problema y un arquetipo social convirtiéndose para el promedio de los peruanos hasta como un trasfondo cultural. En ese sentido, nuestra tarea es tratar de introducir algo nuevo en nuestra vida y romper con ese estilo practicando lo que dice La Palabra: “Que el sí sea sí y, que el no sea no” (Mateo 5:37), dejándonos de ambivalencias para vivir como verdaderos ciudadanos del Reino.

Entradas destacadas
Entradas recientes
Archivo
Buscar por tags
Síguenos
  • Facebook Basic Square
  • Twitter Basic Square
  • Google+ Basic Square
bottom of page