NO SE TRATA DE REPETIR SÚPLICAS
La base de la madurez espiritual sí es La Palabra pero acompañada de una oración con certeza y seguridad, pues esa es la que tiene respuesta. Esa es la oración eficaz que debemos aprender para saber esperar respuestas y no se trata de repetir súplicas para que no digan de nosotros “qué tipo de creyentes somos si seguimos con nuestras aflicciones y el mismo modo de vivir”. Hay que saber pedir para no caminar como en piso enjabonado y la condición no es necesariamente ser perfectos. La oración es como un hilo que conecta el cielo con la tierra y no un mero hacer cosas, menos aún intentar servir donde sea sin hacer oración y fatigarnos porque no oramos. Es fundamental tenerlo en cuenta para tener una vida sólida y consistente.
Para que haya una oración cualificada, debe haber fervor como el de las estériles Ana y Raquel de la Biblia que le clamaron a Dios y pudieron tener hijos. No se puede vivir con la esterilidad que produce aflicción, pues no tener una oración efectiva, con fervor y convicción es como una flecha sin punta que nunca llega a dar en el blanco; o una pintura de fuego porque no da calor; un cadáver que no tiene vida o una espada sin filo que no corta nada.
¡Un cristiano sin oración no es cristiano porque no produce frutos ni resultados!
Santiago 5:13-15
Si alguno de ustedes está triste, póngase a orar. Si está alegre, alabe a Dios con cánticos. 14 Si alguno está enfermo, que llame a los líderes de la iglesia, para que oren por él; entonces ellos le untarán aceite[a] y le pedirán al Señor que lo sane. 15 Si oran con confianza, Dios les responderá y sanará al enfermo, y si ha pecado también lo perdonará.