PONLE CORAZÓN
Cuando hablamos de ponerle corazón a las cosas, no se trata de un tema personal sino colectivo cuando no te sientes contento con lo que estás haciendo en tu trabajo y no eres productivo sin encontrarse la excelencia del caso. Para ello Dios tiene algo que decirnos y la Biblia nos habla a los creyentes que debemos desempeñarnos y obedecer a los jefes con corazón sincero . Hay quienes lo hacen solo cuando los miran, otros lo hacen para que tengan buena referencia de él y hay de los que trabajan bien cuando les ofrecen alguna recompensa; pero un cristiano tiene que ser sincero y debe recibir su paga por su dedicación al trabajo. Si en el trabajo te pagan por horas trabajadas, en realidad te están pagando por las horas efectivas que estás y por ello debemos ser conscientes que los ojos de Dios no son solo para librarnos del inminente peligro sino también para vernos cuán sinceramente trabajamos. Por ello recordemos también que, si hemos aceptado a Dios como nuestro Rey de Reyes, a Él le agrada que en nuestro trabajo actuemos con sinceridad de corazón, aunque todavía mantengamos actitudes que arrastramos desde niños o desde casa, como el que nos obliguen a estudiar y hacer las cosas.
De hecho, la Palabra nos exhorta vivamente a que hagamos todo conscientemente, de corazón y no por conveniencia; como para el Señor y no para los hombres. Ahí está “el quid” de nuestro cambio, el estándar para el desempeño en todas las áreas de nuestra vida: hacerlo con excelencia; no de manera superficial, ni por salir del paso. Dios demanda lo mejor de nosotros y la fórmula para llegar a ese estándar y revolucione toda tu vida es hacerlo de corazón. El problema está en lo que hemos aprendido y enseñado; y lamentablemente ponemos el corazón sólo para hacer lo que nos gusta violando un principio básico de Dios: no hay que hacer excepción de nadie y debemos amar al prójimo como a nosotros mismos. Desde hoy la valla de la calidad de nuestro trabajo debe ser mejor y con ello se derrumbará todo lastre que comienza en nuestro corazón.
Aunque no hayamos desarrollado lo que nos guste, nuestro corazón debe estar presente en todo; pues cuando a algo no le ponemos corazón, le falta vida; y si hacemos excepción de algo, no lograremos nada. Pero cuando ponemos el corazón a algo merecerá nuestra atención, el orden y el detalle de todas las cosas. Es un tema de decisión desde que le entregaste tu vida al Señor. Dios nos pide a que hagamos todo de corazón, porque nadie fracasa cuando algo proviene del corazón; de ese modo es que cambiaremos cualquier estructura social, política y, especialmente la personal y familiar.
Colosenses 3:22-24
22 Siervos, obedezcan siempre en todo a sus amos terrenales, incluso cuando no los estén mirando. Porque más que agradar a la gente, lo que les debe importar es trabajar honestamente por respeto al Señor. 23 Cuando hagan cualquier trabajo, háganlo de todo corazón, como si estuvieran trabajando para el Señor y no para los seres humanos. 24 Recuerden que ustedes van a recibir la recompensa del Señor que Dios le prometió a su pueblo, pues ustedes sirven a Cristo el Señor.